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Cuidar el corazón: La trilogía de peso, actividad y sueño

Komorebi, junto con prestigiosas instituciones del sector sanitario, ha colaborado en la elaboración de los tres estudios siguientes proponiendo colectivamente un enfoque integral para abordar las enfermedades cardiovasculares (ECV), subrayando la interacción entre la obesidad, la actividad física y el sueño.

Todo ello con una única misión. Dar forma a nuestra comprensión de los riesgos de las enfermedades cardiovasculares (ECV). 

La paradoja de "estar gordo pero en forma"

El estudio nos advierte de que no debemos aceptar la paradoja de « gordo pero en forma« con demasiada facilidad. El peso importa. La forma física importa. Pero aquí está la cuestión. Ni siquiera los grandes practicantes de actividad física pueden aplacar por completo el fuego de la obesidad.

Sí, has leído bien. La obesidad flexiona sus músculos e inmoviliza tu salud cardiovascular. ¿Los jugadores? Hipercolesterolemia. Hipertensión. Diabetes. Estos factores de riesgo acompañan a la obesidad, por muy activo que seas. 

¿Cuál es la conclusión? La pérdida de peso es importante. Darle prioridad podría cambiar las políticas sanitarias dirigidas a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Actividad física: ¿Cuanto más, mejor?

Este estudio nos revela una fascinante interacción entre la actividad física, el riesgo de enfermedad cardiovascular y el sexo

La actividad física es una campeona, que derriba los riesgos de ECV a su paso. Pero resulta que sigue caminos ligeramente diferentes para hombres y mujeres en lo que se refiere a la obesidad. 

Los hombres tuvieron más éxito a la hora de vencer la obesidad con un aumento de la actividad. ¿Y las mujeres? No tanto. Este dato pone de manifiesto la necesidad de tener en cuenta la perspectiva de género en los programas de salud y forma física. Una misma talla no sirve para todos.

Dormir bien: Un factor vital olvidado

Para nuestra última parada, nos adentramos en el mundo del sueño. Es sobre cómo descansas durante la noche.

Un estudio en el que participaron medio millón de personas reveló que un sueño de mala calidad -de duración excesivamente corta o larga, intranquilo o con dificultad para conciliar el sueño- está relacionado con una mayor probabilidad de presentar factores de riesgo de ECV. Especialmente con el temido vínculo con la inactividad física. 

Esta correlación es tan sólida que los buenos durmientes obtienen una puntuación total de riesgo de ECV más baja.

¿Por qué es importante? El sueño es un comportamiento que podemos cambiar. Si ajustamos nuestros patrones de sueño a una frecuencia más saludable, podemos bajar el nivel de los riesgos de ECV.

Las implicaciones de estos estudios son muy amplias: sanidad, política de salud pública. educación sanitaria, industria del fitness, programas corporativos de bienestar…

En resumen, estos estudios nos aportan valiosas ideas sobre cómo podemos influir en nuestra salud con nuestras propias elecciones de estilo de vida. Lo que comemos, cuánto nos movemos y lo bien que dormimos son piezas fundamentales del rompecabezas de la salud.  Si tenemos en cuenta las conclusiones y actuamos en consecuencia, podemos empezar a introducir pequeños cambios en nuestro estilo de vida. Estas ideas resuenan en múltiples sectores. Ya sea la industria sanitaria, las políticas de salud pública, los programas de fitness o las estrategias de bienestar corporativo. Todos ellos se mueven al compás de esta trilogía enfocada en el corazón. ¿Quieres aprovechar las capacidades de la Inteligencia Artificial en tu empresa? Pónte en contacto con nosotros en consulta@komorebi.ai Estamos deseando conectar, aprender y crecer contigo.

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